Dolor de estómago en los niños
Aunque los dolores de panza son una queja común en los niños, y representan del cinco al diez por ciento de todas las visitas en los centros médicos o centros de emergencia, rara vez llegan a ser un motivo grave para preocuparse.
La mayoría de las veces, los dolores de panza son provocados por una infección viral y desaparecen en un par de días. Un estudio en Estados Unidos mostró que solo uno o dos de cada cien niños tenían problemas lo suficientemente graves como para que fuera necesario un tratamiento específico o una cirugía.
Presta atención a las señales
Hay algunas señales que deberías consultar con tu médico para comprender lo que sucede. Por más extraño que parezca, la intensidad del dolor no es necesariamente el problema más significativo. Las flatulencias atrapadas en las asas del intestino pueden hacer que un niño comience a gritar repentina y desconsoladamente, y hacer que se retuerza en el suelo, sin presentar fiebre ni vómitos, y se puede recuperar con un baño caliente y relajante. Señales preocupantes que pueden indicar problemas más graves:
aumento de dolor con el transcurso de varias horas que hace que el niño no quiera ponerse de pie, no se deje tocar la panza o no se mueva;
dolor abdominal asociado con fiebre alta;
vómito, especialmente de color marrón, verde o amarillo, o con sangre;
un abdomen distendido; es decir, tenso e hinchado, y que sobresale más de lo que es normal para tu niño;
dolor al orinar;
sangre o pus en la orina, u orina de color marrón oscuro; y
Heces oscuras con sangre que parecen gelatina de grosellas, o pus en las heces.
Si tu hijo presenta alguno de estos síntomas, deberías llevarlo al médico tan pronto como sea posible.
Dolor abdominal recurrente
Si el niño se despierta por la noche debido a dolores de panza recurrentes y se asocian con la pérdida de peso, esto puede ser señal de una inflamación o infección crónica en el intestino.
Las molestias recurrentes que surgen solo en situaciones de estrés (como asistir a una escuela o guardería nueva o ir de viaje) y están acompañadas de otros síntomas son una forma de expresar la tensión. Se debe investigar al niño y la situación, no la panza.
Dolor con erupción
El dolor abdominal acompañado de un sarpullido en las nalgas o piernas con un aspecto similar al de los moretones, puede ser causado por una enfermedad llamada púrpura de Henoch-Schonlein. Es posible que nunca hayas oído hablar de esta enfermedad, pero es sorprendentemente común. Nadie sabe con certeza cuál es la causa de esta patología, pero parece estar relacionada con una infección bacteriana o viral. La inflamación de los pequeños vasos sanguíneos puede provocar sangrado de la piel, así como del intestino y los riñones. Si bien no representa una amenaza para la vida, el pediatra te indicará que vigiles cuidadosamente a tu hijo durante varios días.
Sensibilidad a ciertos alimentos
La sensibilidad a ciertos alimentos, especialmente la intolerancia a la lactosa, puede causar calambres y flatulencias. Con frecuencia (pero no siempre) existe un antecedente familiar de problemas para digerir la leche. Si sospechas que este es el problema, elimina la leche y los productos lácteos (o cualquier alimento que creas que es el responsable) durante una semana. Si los síntomas desaparecen, vuelve a introducirla. Si los síntomas regresan cuando se introduce la leche, habla con tu médico para modificar la dieta de tu hijo y eliminar la leche mientras se le proporciona el calcio suficiente.
Causas poco comunes del dolor de panza
Faringitis estreptocócica
Puede que te sorprenda saber que la faringitis estreptocócica a veces puede ocurrir sin dolor de garganta, pero con fiebre y dolor de panza. A veces se cree que un niño tiene apendicitis cuando en realidad se le ha diagnosticado una infección por estreptococos.
Infecciones urinarias y neumonía
A veces también pueden causar dolor abdominal. Los pediatras analizan muestras de orina y realizan radiografías de tórax si no están convencidos de que el dolor de panza proviene de la panza. Debes estar alerta a otras molestias que tu hijo pueda tener en otras áreas, incluso cuando el principal problema sea la panza.
Confía en tus instintos
Si crees que tu hijo está muy enfermo, déjaselo saber a tu médico, aun si no puedes indicar ningún síntoma específico.
Sobre el contenido aquí publicado
La información de este artículo se basa en las recomendaciones de expertos que se encuentran en fuentes rigurosas: médicas, institucionales y/o gubernamentales. En ninguna circunstancia, el contenido de esta página debe reemplazar las sugerencias médicas y/o de especialistas. Es responsabilidad del lector siempre acudir a los profesionales para obtener orientación precisa. Para más información de nuestros lineamientos editoriales, consulta el apartado Ética Editorial de Pampers®.