Amamantar: todo lo que necesitas saber para las primeras comidas del bebé
La leche de cada madre está formulada exclusivamente para su bebé y está llena de células que combaten las infecciones y proteínas que ayudarán a mantener al bebé feliz y sano. Amamantar a tu bebé puede ser agradable para ambos.
Las primeras veces que alimentes a tu bebé son momentos especiales. Ningún otro momento puede acercarte más a tu pequeño durante el primer año. Ayudar a tu bebé a obtener los nutrientes importantes que necesita para crecer y desarrollarse es algo maravilloso, pero el tiempo que pasan juntos también es muy importante.
Puede llevarte un poco de práctica al principio, pero hay muchas razones para que le pongas tu mejor esfuerzo a darle el pecho a tu bebé.
Beneficios de amamantar para la mamá
La lactancia materna proporciona beneficios concretos para tu salud y la de tu bebé. Además de ser una forma ideal de vincularte estrechamente con tu hijo, amamantar ayuda a estimular las hormonas que encogen el útero hasta que vuelve a su tamaño previo al embarazo.
Amamantar también ayuda a perder peso después del embarazo, ya que utiliza el tipo especial de grasa que aumentaste durante el embarazo antes de que se vuelva parte de tu cuerpo. Amamantar te ayuda a bajar ese peso a un ritmo adecuado.
Las mujeres que amamantan necesitan aumentar de 2 a 4 kg (5 a 10 libras) sobre su peso antes del embarazo para mantener su cuerpo saludable mientras nutren a sus hijos. Si bajas de peso demasiado rápido, podría disminuir la producción de leche cuando el bebé crezca a pasos agigantados y necesite comer más. Esos kilos de más desaparecerán de forma natural en los primeros seis meses.
Qué esperar en las primeras comidas del bebé
Comenzarás a tener leche materna unos pocos días después de que nazca el bebé. Hasta entonces, tus pechos estarán ocupados produciendo calostro. Eso lo que debe tomar tu bebé hasta que tengas leche. Esta sustancia espesa y amarillenta tiene muchas proteínas y anticuerpos que ayudarán a tu bebé a combatir enfermedades.
El calostro es el primer alimento de tu bebé y su primera "inmunización" contra las enfermedades. El bebé tiene mucha agua y grasa acumulada para consumir mientras toma este importantísimo alimento. Su pancita solo puede contener una cucharadita de líquido a esta edad, por lo que no necesita mucho para llenarla.
Antes de que te termine de salir leche, tu bebé comerá incluso cada hora durante el primer día o primeros dos días de vida. Esto ayudará a tu cuerpo a crear un buen suministro de leche, que esté perfectamente adaptado a las necesidades de tu bebé. En tan solo 2 a 4 días, tu cuerpo se adaptará a esta "información" y tu bebé necesitará comer con menos frecuencia, aproximadamente cada 2 o 3 horas, o de 8 a 12 veces en un período de 24 horas.
Cuando comiences a tener leche, se verá muy diferente del calostro; la leche materna normal se parece más a la leche descremada, un líquido blanco o azulado de aspecto ligero.
Establecer un buen suministro de leche.
Cuando estás amamantando, es esencial que tengas una buena nutrición, que bebas una gran cantidad de líquido y que descanses. Duerme cuando el bebé duerma y bebe abundantes líquidos saludables. La leche, el agua y jugos naturales son buenas opciones; y recuerda que debes relajarte.
Tendrás que llevar una dieta básica saludable para mantener tu producción de leche materna, pero no necesitas nada rebuscado. Algunos bebés lactantes son muy sensibles a ciertas cosas en la dieta de su madre —la mayoría de los alimentos no son problemáticos—, independientemente de lo que comas.
En general, tu cuerpo reacciona al hambre de tu bebé: Si no come mucho, no producirás tanta leche, y si tu bebé come mucho, ¡producirás un montón!
Cuándo alimentar al bebé
Alimenta a tu recién nacido a demanda, es decir, cada vez que quiera comer. No va a comer grandes cantidades los primeros días, ya que su estómago es muy pequeño, pero sí va a querer que lo amamantes a menudo. La mayoría de los recién nacidos necesitan alrededor de 10 a 12 comidas en un período de 24 horas, o una comida cada 1 a 3 horas.
Cuando establezcas tu suministro de leche, despierta a tu bebé para alimentarlo si duerme más de tres horas durante el día o cuatro horas durante la noche. De lo contrario, se va a despertar demasiado hambriento como para alimentarse bien. Cuando tome el hábito, se despertará cuando lo necesite.
¿Cuánto es suficiente?
Al igual que muchas madres que amamantan, quizás no sepas cuándo tu bebé ha comido lo suficiente. Sabrás que aún no es suficiente si lo escuchas tragar mientras lo amamantas. Otra clave es si duerme bien después de una comida. Si tiene el estómago lleno y el pañal limpio, probablemente se duerma nuevamente después de comer.
Otros indicios de que tu recién nacido está recibiendo suficiente para comer:
Produce cerca de seis pañales mojados cada día y entre dos y cinco deposiciones amarillentas y blandas cada día hasta que tenga seis semanas. Algunos bebés procesan tan eficientemente la leche materna que evacuan con muy poca frecuencia.
Su orina es de color amarillo pálido, no amarillo oscuro ni anaranjado
Tus pechos se sienten blandos y "vacíos" después de amamantar
En resumen
Además de ayudarte a crear una conexión con tu bebé, amamantar podría resultar ser beneficioso para la salud de ambos, permítete sentirlo y nunca olvides consultar al especialista para aclarar todas tus dudas. No olvides cuidar la salud de tu bebé.
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