Tos común: qué hacer al respecto
La tos es algo inevitable en los niños. No puedes hacer nada para prevenirla, aunque quieras. En realidad la tos es saludable, pues ayuda a limpiar la garganta o el pecho del niño de algo que no debiera estar allí, por ejemplo, un trozo de fruta, la pieza de algún juguete, o de una infección. Por lo tanto, tu labor no es necesariamente detener la tos, sino descubrir su causa. Es importante observar las características de la tos y la forma en que tu bebé respira y actúa para descubrir qué sucede.
Para ayudarte en tu trabajo de "detective", se han identificado los tipos más comunes de tos y sus orígenes. Ten presente también que la tos por sí sola rara vez ocasiona problemas a los niños mayores de 1 año, pero puede debilitar rápidamente a un niño, de modo que es necesario que prestes mucha atención cuando tu bebé comience a toser.
Tos durante un resfriado
Los resfriados más simples van acompañados de una tos seca o con secreciones, la que puede perdurar aun cuando los demás síntomas hayan desaparecido. No hay de qué preocuparse. No obstante, consulta inmediatamente a tu pediatra, si se presenta alguno de los siguientes síntomas:
El niño tose tanto que sus labios toman un tono más oscuro y presenta dificultades para respirar.
El ataque de tos finaliza con un "silbido" (ver "Tos con sonidos extraños cuando el bebé inhala," más adelante).
Tu bebé presenta una fiebre de 38º C o más alta por más de 48 horas. La fiebre es común cuando se trata de infecciones respiratorias y no debe causar preocupación, a menos que sea alta, dure mucho tiempo o el niño realmente parezca enfermo.
Tu bebé respira rápidamente (más de 40 ó 50 veces por minuto) o bien su piel se "hunde" entre las costillas cada vez que respira (podrás observarlo al quitarle la camisa).
Tos que comienza repentinamente
La causa de esta tos es generalmente algo que hay en sus vías respiratorias y que no debería estar allí, por ejemplo, un trozo de alimento duro, un juguete, restos de vómito o una moneda.
Los bebés que pueden coger cosas corren mayor riesgo, especialmente si tienen hermanos mayores que quieren "alimentarlo" o compartir con él sus juguetes. Si sospechas que el niño tiene algo atorado en la garganta, no le introduzcas los dedos (a menos que el objeto aún esté en la boca y lo puedas ver fácilmente).
Realiza una maniobra de Heimlich, si sabes hacérsela a un niño. De lo contrario, mantenlo quieto y calmado y llama inmediatamente a tu pediatra o al servicio de emergencias de tu localidad para obtener las instrucciones precisas.
Si no se trata de un objeto extraño y el niño presenta una "tos perruna" repentina junto con ronquera, babas y, por otra parte, insiste en enderezarse, la causa puede ser una enfermedad muy seria llamada epiglotitis. Llama rápidamente a tu pediatra. Si no tienes una respuesta inmediata, llama al servicio de emergencias de tu localidad. Afortunadamente, los casos de epiglotitis son actualmente muy escasos gracias la vacuna haemophilus B.
"Tos perruna"
La "tos perruna" constituye un síntoma de varias infecciones virales del tracto respiratorio superior, incluido el crup y las infecciones virales de las cuerdas vocales (laringe) y de las vías respiratorias (tráquea).
Los niños que padecen de crup adquieren, además, ronquera. Afortunadamente, en general se puede tratar en casa con el vapor proveniente de una ducha caliente o de un nebulizador, pero aun así debes mantenerte en contacto con tu pediatra. Asegúrate de solicitar ayuda inmediatamente si:
El niño tiene menos de seis meses de edad.
Presenta fiebre de 39º C o más alta.
La tos aparece repentinamente (ver más arriba).
Respira ruidosamente entre los ataques de tos cuando está tranquilo y descansando.
Está muy pálido, demacrado o no está sonrosado.
Fija una cita con tu pediatra para el día siguiente si el niño:
Tiene menos de 1 año de edad.
Ha tenido episodios de crup sin mostrar una mejoría durante tres o más días.
Ha tenido tres ataques de crup por día, durante dos o más días.
Rechaza beber líquidos.
Tos en un bebé menor de 3 meses
Esto puede significar algo serio, como una neumonía o una bronquitis que podría debilitar al bebé. Consulta a tu pediatra rápidamente, si la tos permanece por más de una hora. Llámalo de inmediato si la tos comenzó repentinamente o si el niño presenta una fiebre superior a 38º C.
Tos con fiebre alta
Cuando la tos está acompañada de una fiebre de 39º C o más, podría deberse a una neumonía, especialmente si el niño respira rápidamente, está desganado o no tiene deseos de tomar líquidos. Contacta inmediatamente con tu pediatra.
Tos con un cambio significativo de comportamiento, generalmente con fiebre: puede ser una señal de neumonía. Llama inmediatamente a tu pediatra.
Tos con dificultad para respirar
Éste es siempre un motivo de preocupación y debes comunicárselo inmediatamente a tu pediatra. Si es grave o repentina, llama al servicio de emergencias de tu localidad. De lo contrario, contacta con el pediatra de tu hijo. Señales de malestar que se debes observar:
El niño respira muy rápidamente (40 a 50 veces por minuto).
Su piel se "hunde" entre las costillas o sobre la clavícula, cada vez que respira.
Si rehúsa a recostarse porque esto le dificulta la respiración o se pone ansioso y agitado.
No puede tragar líquidos o rechaza todos los líquidos.
Babea excesivamente.
Estira el cuello al respirar.
Duerme menos de una hora seguida.
No está sonrosado, sus labios están más oscuros y su piel muy pálida.
Tos con sangre
Esto generalmente se debe a una hemorragia o irritación nasal reciente; en este caso no hay por qué preocuparse. Sin embargo, si ésta no es la causa, algo anormal está sucediendo y deberías contactar inmediatamente con tu pediatra.
Tos que empeora durante la noche
Generalmente la tos causada por infecciones empeora durante la noche debido a las secreciones nasales y sinusales que pasan por la garganta cuando tu bebé está acostado; a su vez, esto causa una picazón en la garganta que produce la tos. Si el niño duerme toda la noche, es poco probable que le esté sucediendo algo grave.
Sin embargo, si la tos lo mantiene despierto, levántale la cabeza poniendo almohadas bajo la estructura de la cuna o el colchón. No pongas almohadas ni muchas mantas en la cuna, ya que esto aumenta el riesgo del SMSL (síndrome de muerte súbita del lactante) en bebés muy pequeños y puede dificultar la respiración en niños mayores.
Los niños pueden dormir bien en el asiento de seguridad para el automóvil ubicado en el suelo o dentro de su cuna en la misma posición.
Tos que empeora durante el día y mejora en los períodos de descanso
Cuando la tos aumenta durante el día, generalmente se debe a una infección o alergia. A menudo la actividad, el aire frío y la tensión empeoran esta tos. La tos puede durar unos pocos días o hasta 3 semanas y no requiere atención médica, a menos que se presenten síntomas adicionales.
Lo más simple es que dejes que el virus siga su curso (afortunadamente, tu hijo no tendrá la infección durante todo el período en que tiene tos, sino sólo al principio). Si la tos se mantiene durante un mes, es momento de consultar a tu pediatra; concierta una cita para visitarlo.
Tos con sonidos extraños cuando el bebé inhala
Esto se denomina estridor y puede indicar un problema serio en la vía respiratoria superior, laringe o garganta. Llama a tu pediatra y permítele que escuche al niño por el teléfono; esto puede ayudarle mucho. Entre los signos que requieren una atención médica inmediata (lo que significa llamar al servicio de emergencias de tu localidad si no puedes contactar inmediatamente con tu pediatra de siempre) se incluyen los siguientes:
El niño presenta una respiración ruidosa, entre los ataques de tos, cuando está quieto y relajado.
Presenta dificultades para respirar (ver más arriba).
No quiere recostarse porque esto dificulta su respiración o aumenta su ansiedad.
Babea.
Tiene problemas para tragar.
Si un niño respira muy profundamente después de un severo ataque de tos y a menudo emite un sonido o "silbido", podría tener pertussis, también conocida como tos ferina. Ésta es particularmente preocupante cuando se presenta en niños que aún no han recibido todas sus vacunas, por ejemplo, niños menores de 6 meses.
La pertussis puede ser mortal, de manera que si sospechas que el niño la padece, contacta inmediatamente con tu pediatra. Si no tienes una respuesta inmediata o si el niño está muy pálido, llama al servicio de emergencias de tu localidad.
Tos con sonidos extraños cuando el bebé exhala
Puede tratarse de jadeos e indica una obstrucción en las vías respiratorias inferiores, posiblemente por una infección, alergia o simplemente por sensibilidad o bien debido a la presencia de un objeto extraño.
Si conoces a alguien con asma o has escuchado ronronear a un gato, entonces tienes una idea de cómo es el sonido de los jadeos. Contacta inmediatamente con tu pediatra para que te dé instrucciones (a menos que sea una alergia o sensibilidad que haya tratado anteriormente y que conozcas los medicamentos y procedimientos para cuidarla). Acerca al niño al teléfono, pues escuchar el sonido y el tipo de respiración ayudarás a tu pediatra a descubrir qué sucede.
Tos que produce vómitos
Es más probable que se presente en niños menores de 1 año, porque no pueden eliminar las flemas. En cambio, las tragan y terminan vomitándolas. Sin embargo, si este tipo de tos está acompañada por una continua dificultad para respirar, algún cambio en el color de los labios o un "silbido" al final del ataque de tos (ver más arriba), llama inmediatamente a tu pediatra.
Tos que perdura por más de un mes
Generalmente, es resultado de la mala suerte de tener un resfriado tras otro. No obstante, para estar seguro, deberías fijar una cita con tu pediatra para descartar una alergia, infección crónica, sensibilidad a los alimentos u otro problema.
Prepárate para informar sobre cualquier afección respiratoria en las personas que han estado con el niño, como también sobre otras dudas que pudieras tener.
Tos en los miembros de la familia
Siempre es conveniente mantener a un niño alejado de las personas que tengan una tos infecciosa activa, hasta que ésta haya mejorado. Esto incluye a las niñeras y al personal de la guardería del bebé. Respecto a esto, los recién nacidos son probablemente inmunes a las enfermedades de su mamá o papá.
Además, la leche materna da a los bebés una mayor protección contra las infecciones. Después de los seis meses, tu bebé se defiende con su propio sistema inmunológico, pero asimismo conviene protegerlo, especialmente de la tos fuerte y con flemas.
Los fumadores constituyen un gran riesgo para los niños. No sólo porque tienden a tener infecciones pulmonares, sino también porque el mismo humo los vuelve más propensos a contraer enfermedades. Por lo tanto, mantén a tu hijo alejado de ambientes colmados de humo de cigarrillos, cuando sea posible.
Los adultos, especialmente los mayores, pueden ser portadores de la tuberculosis. Un simple examen cutáneo puede despejar las dudas que pudieras tener sobre alguien que presenta tos crónica. Además debes preocuparte de que el personal de la guardería del bebé y las personas recién llegadas a tu ambiente se hayan sometido a este examen el año anterior.
Cómo calmar la tos
Aunque la mayoría de los niños que tienen tos no necesitan mucho tratamiento, posiblemente será difícil para el padre o la madre observarlo sin poder hacer nada. Éstas son algunas pautas que conviene recordar:
Siéntate con tu hijo en un baño cerrado mientras tiene corriendo el agua caliente de la ducha para llenar el ambiente de vapor. Esto puede calmar y mejorar cualquier tipo de tos. Esto es especialmente útil para la tos crupal. Algunas personas recomiendan nebulizadores. Éstos, junto con los humidificadores, pueden ser útiles si el ambiente de la casa es muy seco, pues el vapor en las vías respiratorias permite liberar más fácilmente las secreciones.
Si levantas la cabecera de la cuna o cama (ver más arriba) también ayudará a aliviar la tos. Sin embargo, no pongas al niño sobre almohadas o ropa de cama mullida, ya que esto aumenta el riesgo del SMSL en bebés muy pequeños y puede dificultar aún más la respiración en los niños mayores.
La ingesta adicional de cualquier tipo de líquido ayudará a mantener delgadas y húmedas las secreciones pectorales y de las vías respiratorias. Esto también es importante, pues los niños pierden mucho líquido cuando presentan cualquier tipo de enfermedad respiratoria. Muchos niños rechazan la comida cuando están enfermos, lo cual es normal mientras tomen suficiente líquido.
Los medicamentos para la tos simple pueden soltar las secreciones y ayudar a los niños a eliminar las flemas. Sin embargo, algunas fórmulas para la tos pueden causar problemas, especialmente si contienen muchos ingredientes, y los antihistamínicos pueden secar las secreciones o bien provocar somnolencia. Por lo tanto, siempre debes consultar a tu pediatra antes de dar algún medicamento al niño. Además, no des gotas para la tos a niños menores de cuatro años, pues representan un riesgo de asfixia en esta etapa. Las medicinas que se agregan a los nebulizadores no son necesarias y en realidad pueden irritar las vías respiratorias.
Antes de llamar al médico
La mayoría de los tipos de tos puede ser tratada completamente en casa y no necesita de consejos especiales. Sin embargo, si un niño presenta síntomas graves (se ve realmente enfermo, está pálido, actúa en forma muy diferente a lo acostumbrado o presenta cualquiera de los síntomas de urgencia descritos anteriormente), no dudes en llamar a tu pediatra.
Si no es una emergencia y tienes algunos minutos, reúne toda la información que puedas antes de coger el teléfono. Esto ayudará a tu pediatra a elaborar un diagnóstico preciso.
La información que puede requerir tu pediatra es la siguiente:
¿Cuánto tiempo hace que el niño tiene tos?
¿Qué otros síntomas ha presentado? ¿Vómitos, fiebre, problemas para dormir? ¿Cuánto tiempo se han mantenido estos síntomas y cuán graves han sido?
¿Está tomando líquidos?
¿Con qué mejora la tos? ¿Con qué empeora? ¿Cuándo mejora o empeora?
¿Hay algún otro integrante de la familia (o alguien de la guardería infantil) enfermo?
¿Cuán rápido respira? ¿Se hunde el espacio entre las costillas cada vez que respira? (Levanta su camisa, haz los cálculos necesarios y observa).
¿Qué sonido hace? Acerca al niño al teléfono para que el pediatra escuche su respiración o tos.
¿Tiene las vacunas al día? (Ten a tu lado el registro de vacunas del pequeño)